Carmelitas Orihuela

 


Madre y Hermosura del Carmelo

 

Flor del Carmelo


Una propuesta interesante


 

Música

La Isla cuenta con diferentes ritmos folclóricos como la Bomba y la Plena, en la música jíbara (campesina) los diferentes seises y aguinaldos, en la música clásica, la Danza Puertorriqueña. Actualmente sus ritmos con auge internacional sin duda los son la Salsa y el Reggaeton. Estos últimos, ritmos con raíces extranjeras; la Salsa evolucionó de ritmos mayormente reconocido en Cuba y el Reggaeton, que es una fusión con el Rap y su antecesor el Reggae en español y en la actualidad se le ha fusionado con todo tipo de ritmo siendo exitosa la fusión con la Bachata dominicana. Una variación del tipo balada del Reggaeton, tiene gran popularidad también.

Daddy Yankee, uno de los mayores exponentes del género del reggaeton.

Educación

La educación hasta el nivel secundario es gratuita y está garantizada constitucionalmente. Hay alrededor de 1.523 escuelas públicas y el Departamento de Educación de Puerto Rico contrata alrededor de 42.000 maestros. El Departamento se divide en regiones educativas, que a su vez se dividen en distritos escolares. Éstos aportan sus servicios a cientos de miles de estudiantes y son la principal institución educativa del País. El idioma de instrucción es el español, pero el inglés es asignatura obligatoria en todos los grados. Departamento de Educación del Estado Libre Asociado de Puerto Rico opera la mayoría de las escuelas públicas del País.

Existen 47 universidades: 39 privadas -13 de ellas con fines de lucro- y ocho públicas, las cuales representan 117 unidades académicas en toda la Isla. El sistema educativo de Puerto Rico está integrado al sistema estadounidense. Los primeros cuatro o cinco años de estudios universitarios son denominados como bachillerato (bachelor's degree), en lugar de licenciatura, como se le conoce en Latinoamérica y España. Le siguen los grados de maestría y doctorado.

Cultura

La cultura de Puerto Rico es el resultado de la unión de numerosas otras culturas, entre las que se distinguen tres principales: taína, española y africana. De los taínos los puertorriqueños han heredado muchos nombres de ciudades, de alimentos y otros objetos; de los colonos españoles la lengua española, la religión católica, la mayor parte de sus tradiciones y sus valores morales y culturales; de los esclavos africanos la bomba y la plena, particulares tipos de música y de danza que incluyen el uso de instrumentos de percusión y maracas.

Con los españoles no sólo había arribado a nuestras playas la influencia de un país sino del continente Europeo entero ya que España había adoptado algunas costumbres de otros países. En Puerto Rico, siglos después, muchos todavía admiramos el legado de los bellos fuertes (Castillos SAN FELIPE DEL MORRO y SAN CRISTOBAL) que adornan la entrada de la Bahía de San Juan, construidos bajo la soberanía española.

España ya estaba asentada en Puerto Rico. Ya teníamos nombre para la isla, escudo, himno nacional y “revolucionario”, bandera y otros símbolos patrios, cuando llegaron los Estados Unidos a distorsionar todo lo que ya estaba establecido. Suspiros para unos, lágrimas para otros, mientras el pueblo observaba cómo descendía lentamente aquella bandera española, que había estado enclavada en nuestra tierra durante siglos. Descendía con la cálida brisa tropical y subía aquella extraña y desconocida bandera norteamericana quienes todos veían ascender con incertidumbre y resquemor.

Aquí se nos parte la vida en dos; un nuevo comienzo, un nuevo estilo de gobierno y una nueva cultura foránea. No había comunicación posible con aquellos sargentos y comandantes que marchaban por toda la Isla diciendo palabras que nadie entendía. Pero aún así nosotros, los puertorriqueños, nos hemos mantenido firmes y aún seguimos manteniendo nuestra lengua: el español. Nos resistimos a aceptar una lengua tan disímil a la nuestra. Por eso utilizamos los términos ingleses en la desinencia española. Así, `surfeamos', `hangueamos', `badtripeamos', etc… Por esto somos estudiados por todas las prestigiosas escuelas lingüísticas del mundo.

Cien años de bombardeo y un idioma que se niega a morir en nuestro corazón. Por esto y mucho más, España otorgó el premio Príncipe de Asturias a todos los ciudadanos puertorriqueños, premio que nosotros aceptamos orgullosos porque aunque estemos asociados con Estados Unidos seguimos siendo puertorriqueños y nuestro idioma es el español.

Como resultado, nosotros los puertorriqueños sabemos de todo un poco, porque adoptamos en nuestra cultura un poquito de cada país. Debido a nuestra geografía y a nuestros antepasados históricos, esto nos favorece, en el sentido de que tenemos dos idiomas, dos banderas y hasta dos ciudadanías: una americana, que es la está en nuestro pasaporte y documentos legales, y la puertorriqueña, que es la que llevamos en nuestro espíritu, alma y corazón.

El español puertorriqueño se distingue porque se mezcla el idioma inglés con el español creando un "spanglish" que a la misma vez está mezclado con palabras oriundas de Puerto Rico. La cultura puertorriqueña está siempre en nuestra sangre y lo demostramos en la época de navidad, ya que tenemos las navidades más largas del mundo, las cuales comienzan el 23 de noviembre y terminan a finales de enero con las fiestas de la calle San Sebastián, en el viejo San Juan.

El puertorriqueño lleva con orgullo sus raíces múltiples y las ha sabido conjugar para crear una esencia única, lo que nuestro poeta Luis Palés Matos llamó “burundanga”. Somos un pueblo que sabe convivir con otros, aceptar a otros; rechazamos de plano la palabra xenofobia, porque ser puertorriqueños es ser un poco de todo y a la vez destilamos nuestra propia esencia. ¿Paradójico? Efectivamente, y ésta seguirá siendo la pregunta más estudiada y analizada por nuestros pensadores, lingüistas, sociólogos y hombres de letras. Puerto Rico es rico porque hemos sido capaces de beber de otras fuentes culturales y seguir siendo… ¡Puertorriqueños!


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Un paseo por PUERTO RICO